20260509 Azores Total | 9 – 16 mayo

Seguramente tengas que pellizcarte para créertelo. Estás amaneciendo en Río de Janeiro. Hoy cogeremos las bicis para ir hasta el bonito Parque Lage rodeando el Lago Rodrigo de Feitas y de ahí pondremos rumbo a una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno a través del Parque Nacional de Tijuca, el mayor bosque urbano del mundo. ¡Y si! Por fin tenemos ante nuestros ojos el Cristo Redentor y sus impresionantes vistas panorámicas. Después seguiremos descubriendo la ciudad a través del barrio de Lapa y sus famosas escaleras de Selarón y el bohemio barrio de Santa Teresa. Por la noche brindaremos con una caipirinhas y soñaremos con todas las experiencias que nos quedan por delante acompañados de nuestros nuevos amigos.

Comenzaremos el día haciendo una pequeña ruta de trekking hasta el mirador de las montañas Dois Ermaos y contemplaremos las preciosas vistas. Bajaremos rodeando la favela Vidigal y recorreremos todas las míticas playas de Río en bicicleta para acabar relajándonos en la que más nos guste.

Por la tarde subiremos al emblemático Pao d´Azucar y cogeremos su teleférico para seguir disfrutando del paísaje. Por último podremos ir a la playa al atardecer para asistir con el grupo a una clase de Futvoley impartida por un profesional carioca. ¿Cómo nos apetecerá acabar la jornada? ¿Quizá con unos bailes de samba en un club de música en directo? ¿Tal vez con unos cocktails en la playa?

Este día nos tocará madrugar porque nos vendrá a buscar una furgoneta al hotel para llevarnos hasta Angra do Reis y desde ahí cogeremos un barco para llegar a una de las islas más espectaculares que conocemos, Ilha Grande.

Después de hacer check in en este paraíso, haremos una caminata hasta la playa de Lopes Mendes a través de una trilha por la selva y otras playas de ensueño. Una buena cena y unos bailes a ritmo de forró nos acompañarán por la noche.

Hay muchas actividades que hacer en esta isla. Bucear, relajarse en la playa, visitar cascadas y perderse entre la inmensidad de su vegetación…Entre todos decidiremos qué hacer. ¡Eso si! Subir por la mañana al Pico Papagaio será un must y significará contemplar una de las panorámicas más espectaculares y fotogénicas que hayamos visto en nuestras vidas. No te la puedes perder.

Este día cogeremos un transfer para llegar a Paraty, una ciudad con un gran patrimonio arquitectónico colonial portugués (el más grande del mundo). Una ciudad con mucho encanto y muy colorida. Recorreremos su Historia a través de las calles de Paraty y probaremos alguno de sus platos característicos como la moqueca o  sus tamales.

Hoy conoceremos algunas de las playas ubicadas en las cercanías de Paraty. En especial las playas de Trinidad que albergan rincones muy especiales y su mejor tesoro: las Piscinas Naturales do Cachadaço que encontraremos tras amena caminata entre playas.

Por la tarde volveremos a Paraty a seguir descubriendo esta ciudad y a cenar con los amigos y compañeros de viaje.

Nos despedimos de este tesoro. Este día cogeremos un nuevo transfer para regresar a Río de Janeiro. Tendremos la tarde libre para decidir qué hacer. Tal vez nos apetezca seguir conociendo sus barrios más emblemáticos como Santa Teresa o Lapa, tomarnos un coco en la playa o hacer unas compras acordándonos de esa persona especial que no ha podido venir en el gigante mercadillo Cadeg de Río.

Este día descubriremos algunos de los puntos más interesantes del centro de Río de Janeiro, como son el Real Gabinete Portugues Da Leitura o la mítica Confitería Colombo. También podremos hacer un tour con un guía para aprender de la Historia de esta apasionante ciudad.

Por la noche degustaremos una cena suculenta viviendo los últimos momentos de este viaje que sin duda nos habrá marcado para siempre. Y no solo el viaje, sino esta amistad tan grande que hemos construido a lo largo de todos estos días.

Toca decir adiós, despedirnos de nuestros compañeros hasta la próxima aventura con Nomad Bee ¡Ahora a pensar la siguiente!

Cada vez que pensemos en Brasil nos llegarán recuerdos de playas de arena fina y agua cristalina, el olor de los manjares brasileros o el sonido de la música en directo y la alegría carioca. Desde luego recordaremos este viaje con una sonrisa toda nuestra vida.